A veces las cosas viejas nos traen recuerdos entrañables o forman parte de aquello que no quieres olvidar o que desaparezca o que se transforme en algo feo.
Una vieja toalla de manos con su estilo de los años de la postguerra en tonos blancos.
Un margen deshilachado desgajándose.
Unas letras bordadas, las iniciales de alguien querido.
Un pensamiento...
Arréglala!
Así que dos estrellas de crochet más tarde cosidas al remendado para disimularlo...
la toalla vuelve a ser digna de estar entre todas las demás.
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