Nos enseñaron las baby que tenían su corralito aireado pero con techo, un techo donde las golondrinas habían hecho nido. Nos explicaron que cada una tenía un nombre, que las bodas las decidía Anne Marie, la propietaria. Buscaba parejas con pedigree, las que criaban el mejor pelo.
Cuando las trasquilaban separaban el pelo hasta en seis categorias, que todavía se controlaban más en los laboratorios.
La lana, rizada, era suave y agradable , brillante, incluso en la superficie. Estaban muy bien cuidadas.
Las mamás cabras pacían en un tremendo prado y cuando nos acercamos a ellas nos recibieron con cariño. Las abuelitas y los machos estaban más lejos y no los saludamos.
Nuestra joven guía nos respondía a las preguntas que le formulamos y además nos mostró un vídeo con el proceso de fabricación del mohair. las cabras,provienen de las tierras del Medio oriente, Turquía y cercanías. En Francia se crían en diferentes puntos, están en una asociación y existe todo un conjunto de artesanos, además de los criadores, que crean prendas con este hilo o mezclado con sedas y otras calidades.
Después en la tienda, pues había que comprar algo, claro. También se puede comprar por Internet.
Eso sí, el auténtico baby mohair me pareció como la seda.
se nota que esa lana es una maravilla, debe de estar super suave. Y las ovejitas, qué monas. Debió ser una experiencia interesantísima.
ResponderEliminarQue lindo relato, como si hubiera estado yo tambièn ahì.Gracias!
ResponderEliminar¡Quá maravilla de visitaaa! Imagino lo mucho que debiste disfrutar :)
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